Gottfried Knoche, una especie de Frankestein moderno fue un médico cirujano alemán, célebre por inventar un líquido embalsamador con el que momificó docenas de cuerpos, incluyendo el propio, en los laboratorios ubicados en la Hacienda Buena Vista, ubicada en el sector Palmar del Picacho de Galipán, en Caracas, Venezuela.
Para la llegada de su propia muerte, Knoche había previsto que fuese la enfermera Amalie Weismann la encargada de suministrarle el suero momificador. Knoche también preparó la dosis de Amalie: aunque la última sobreviviente de Bella Vista parece haber consultado con el cónsul alemán de la época, Julius Lesse, acerca de redactar un documento en el que constara que su última voluntad era que su cuerpo fuese cremado y las cenizas arrojadas al mar, no deseaba quedar allí ni siquiera muerta. Al morir, el doctor Lesse y Carlos Enrique Reverón subieron a Bella Vista y le inyectaron la dosis preparada para ella 20 años antes por Knoche. Acto seguido cerraron con llave la puerta del mausoleo, sellando así el destino final de la última sobreviviente.