Parece que la última pista conocida de Jack el Destripador sucedió en Buenos Aires. Un sacerdote irlandés, el Padre Alfred Mac Conastair, le contó a Juan José Delaney, en 1989, que guardaba el secreto de otro sacerdote de la congregación que, en los años 20, había sido capellán en el Hospital Británico.
Cumpliendo su sacerdocio, este capellán acudió junto al lecho de un enfermo terminal que, pese a ser de otra religión, pidió confesarse. El moribundo le habría revelado que él fue Jack el Destripador y era el autor de los asesinatos de las prostitutas que habían enfermado fatalmente a su hijo. Pocos días después, el Dr. Stanley falleció y fue enterrado en el Cementerio de la Chacarita.
Esta historia trae reminiscencias de otra similar, contada por el periodista del Buenos Aires Herald, Leonard Matters, incluida en su libro El misterio de Jack el Destripador, editado en 1929. Matters cuenta que un ex discípulo de un tal Dr. Stanley, fue convocado de urgencia al hospital, a la cama 58, donde se encontraba éste gravemente enfermo. El médico llegó a tiempo para que el Dr. Stanley confesara que él era Jack el Destripador. Matters alude a otra fuente, Mr. North quien aseguró que cierto médico, cuya esposa e hijo habían muerto, era el asesino de Whitechapel.