Los chicos del pueblo al principio nos parecían muy fantasiosos o que nos querían meter miedo. Decían que algunas noches se oía el gemido de un niño pidiendo ayuda pero no venía de ninguna parte, sino de todo el pueblo. Cada uno de los habitantes lo oía en su propia casa, en la calle, en la tienda, en el bar partía de las paredes, del suelo a veces incluso sentían un empujón violento que los lanzaba al suelo. Contaban que incluso una mujer embarazada perdió a su hijo en la plaza una tarde en la que se encontraba hablando con unas amigas al sentir que unas manos aprisionaban su vientre con tanta fuerza que la hizo abortar allí mismo. Ella estuvo a punto de morir y cuando se recuperó, se fueron del pueblo y no volvieron a él.
Les preguntamos que quién podría provocar esas cosas, entonces nos contaron una leyenda de terror y del por qué creen que eso atacó tan ferozmente a la mujer.