Los bosques del este de Europa constituyen el dominio del leshii, poderoso ente sobrenatural parecido a un fantasma al que corresponde cuidar de los animales y las plantas que habitan en ellos. Con semejante función, no es de extrañar que trate a los humanos de forma extremadamente maliciosa y hostil.
El leshii posee la capacidad de cambiar de aspecto a voluntad. Su tamaño varía entre el de una hierba y el de un árbol. Puede adoptar la apariencia de cualquier animal, y también la de un ser humano, incluso la de uno conocido por la persona a quien se aparece, aunque en estos casos siempre hay algún detalle que lo delata, como, por ejemplo, llevar el abrigo abotonado al revés, tener los ojos blancos o carecer de cejas.