La siguiente terrible historia es un hecho real acontencido en Punta Arenas, Chile, y los hechos sucedidos no han podido aclararse jamás.
Un vecino, Juan, deseaba tener un criadero de conejos en su parcela que se encontraba a siete kilómetros al sur de la ciudad. Adquirió todos los elementos necesarios y confeccionó las jaulas. Listas éstas, encierra a los conejos y los visita todos los fines de semana. Todo marchaba bien hasta que en una ocasión se encuentra con los conejos muertos. Al verlos trata de por lo menos de recuperar el cuero de los animales y piensa en usar la carne, pero se da cuenta de que los animales carecen de sangre. Ello no es obstáculo para comenzar de nuevo y así lo hace.
A la semana siguiente vuelve y nuevamente se encuentra con un cuadro horroroso. Regresa a la ciudad, conversa con sus familiares y decide volver a rehacer el criadero, pero en esta oportunidad piensa que sería interesante permanecer en la parcela, para de esta manera, estar atento a cualquier anomalía o bien aclarar de una vez por todas, qué es lo que realmente sucede. Con el objeto de no permanecer solo, solicita a su novia que lo acompañe desde el viernes en la tarde hasta el atardecer del domingo. Piensa que son días suficientes, como para averiguar lo que sucede, ya que él siempre va los viernes por la tarde o los sábados en la mañana. Se acuerda entonces realizar lo planificado y su novia decide acompañarlo…