Vamos a contar la historia de uno de los asesinos seriales más brutales de Estados Unidos.
Los hechos aquí narrados dieron origen a una película escalofriante llamada la Masacre de Texas. Los hechos reales ocurrieron el 8 de diciembre de 1954, cuando un granjero de Plainfield, Wisconsin, entró en una taberna para tomarse un trago y descubre un gran reguero de sangre. La propietaria del lugar, Mary Hogan, había desaparecido.
La desaparición de Mary era un misterio. Aproximadamente un mes después de este suceso, el propietario del aserradero de Wisconsin comentaba el caso con un hombre pequeño y tímido que vivía en una granja de madera a pocos kilómetros de allí. Su nombre era Ed Gein.
Gein vivía solo desde la muerte de su madre en 1945 y se ganaba la vida haciendo toda clase de trabajos a los vecinos de Plainfield. Fue su habilidad en este tipo de trabajos, por la que este hombre de complexión débil, mediana edad, pelo rubio y ojos azules empezó a ser conocido entre las gentes del lugar como una persona trabajadora, cumplidora, fiable aunque excéntrica.
Era difícil hablar con él, por que a veces éste comenzaba a reír con nerviosismo sin motivo.
La mañana del sábado 16 de noviembre de 1957, Ed Gein asesinaba a la dueña de la ferretería del pueblo, Bernice Worden, disparándole una bala con su viejo rifle de caza. Se llevó el cadáver en la furgoneta, dejando el suelo del local lleno de sangre. En el libro de contabilidad figuraba el nombre de Ed Gein, a quién habría vendido su último anticongelante.
Dos oficiales de la policía arrestaron a Gein, mientras otros dos se dirigían inmediatamente hacia su granja con la intención de llevar a cabo un registro. Al pasar dentro, el sheriff sintió como algo le rozaba el hombro, y al volverse se topó con un cuerpo decapitado de mujer con un profundo agujero en el estómago, el cuerpo colgaba del techo.