Según los informes, durante 300 años hubo más de 200 casos citados de un fenómeno misterioso y poco frecuente que mata a las personas, uno en el que se dice que el cuerpo “se enciende” y quema a sus víctimas con vida, pero la mayoría deja su entorno intacto. Es decir, el cuerpo de la persona combustiona sin razón aparente.
Florida, década del 60. una casera fue a entregar un telegrama a una inquilina anciana con el nombre de Mary Reeser. Al descubrir que la perilla metálica de la Sra. Reeser estaba caliente al tacto, llamó a la policía. Lo que encontraron adentro fueron las cenizas de la Sra. Reeser, entre los restos de una silla en la que ella había estado sentada. Solo quedaba parte de su pie izquierdo con su calzado puesto. Su cráneo se había reducido al “tamaño de una taza de té”. La habitación en la que se quemó, sin embargo no mostraba trazas de un incendio.
¿Cuál es la causa de la combustión humana espontánea?
Muchos argumentan la caída de un rayo, la proximidad de un elemento ardiente, pero todas esas teorías chocan con que ocurrió en una habitación cerrada o que nada más que el cuerpo habría ardido.
Tampoco hubo ninguna fuente de ignición externa el 8 de enero de 1985, cuando Jacqueline Fitzsimons, una estudiante de 17 años, de repente estalló en llamas mientras hablaba con sus compañeros de clase en un corredor en Cheshire, Inglaterra. Después de quejarse de malestar y de una “sensación de ardor” en la espalda, estalló en llamas y mientras muchos le arrancaban la ropa quemada, su cabello y su cuerpo se encendieron por todas partes. Fue llevada de urgencia al hospital, donde se descubrió que el 18% de su cuerpo se había quemado. Ella murió 15 días después. Varios testigos oculares entrevistados dijeron que no estaban cerca de nadie fumando.
¿Tiene el cuerpo humano la capacidad, por alguna razón, para encenderse a voluntad, causando una muerte horrible?
La sola idea produce escalofrios…
