El Vampiro de Andover

Ha habido varios informes de cráneos de vampiros descubiertos como el más reciente en Venecia, Italia. Durante el primer trimestre de 2009, un equipo de arqueólogos excavaron un cementerio masivo en la isla de Lazzaretto Nuovo cuando desenterraron un cráneo femenino con una piedra forzada en su boca. Ver nuestro artículo La Mujer Vampiro de Venecia

Este era un entierro típico para un supuesto vampiro y se suponía que debía evitar que la criatura se levantara de entre los muertos. El cráneo y los huesos asociados estaban en consonancia con una fisiología humana normal y no mostraban ninguna de las características físicas asociadas con la percepción moderna de los vampiros.

Sin embargo, una historia más intrigante es la del cráneo de Andover. En algún momento durante la década de 1950 una pareja de recién casados, el Sr. F y la Sra. B Morris, se mudaron a Andover Massachusetts, Estados Unidos.

Se decepcionaron al descubrir que la casa que habían comprado no había sido completamente vaciada y que el ático permanecía lleno de libros, muebles rotos y otras pertenencias similares.

Aproximadamente un año después de mudarse a la Sra. Morris finalmente decidió vaciar al ático y en el proceso encontró una pesada caja de madera que había sido remachada con clavos.

Una noche su esposo abrió la caja con un martillo y juntos descubrieron una gran y perturbadora calavera.

Tenía zócalos de ojos inusualmente grandes y varios pedazos del cráneo de hueso estaban rotos. Había extrañas tallas en la parte frontal izquierda del cráneo, pero la parte más interesante del descubrimiento fueron sus dientes caninos que eran extremadamente alargados.

En general, el cráneo era más grande que el de un humano promedio y tenía una frente abovedada distintiva. El señor Morris pegó los fragmentos del cráneo y aparentemente lo guardó en su estudio, donde lo mostraría a amigos y visitantes.

Luego de algunos meses, la señora Morris se angustió por su presencia e insistió en que se lo volviera a enterrar, ya que se había convencido a sí misma de que era de origen  demoníaco o, al menos, el cráneo de un poderoso chamán indio que no era otra cosa que su interpretación caprichosa.

En cambio, el hombre llevó el cráneo a un Museo de Arqueología cercano que se especializaba en la historia de los nativos americanos.

De allí en más, nada se sabe de este aterrador hallazgo.

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