La sonda espacial Rosetta ha encontrado moléculas de oxígeno en la cubierta de gases que rodea a su cometa, el 67P/Churyumov-Gerasimenko. Se trata de un hallazgo totalmente inesperado pues la molécula de este gas es tan reactiva que se pensaba que en los orígenes del Sistema Solar se habría combinado completamente con otros elementos.
Esta es la primera vez que se encuentran moléculas de oxígeno, es decir, O2, en un cometa. Estos cuerpos se comparan con fósiles del Sistema Solar, pues están hechos con los materiales primigenios con los que se formó hace unos 4.500 millones de años y desde entonces apenas han sido modificados.
Hasta ahora se pensaba que era imposible que el oxígeno pudiese sobrevivir durante miles de millones de años sin mezclarse con otros elementos.
El cometa 67P es del tamaño de la ciudad de Amsterdam, y viene siendo estudiado desde hace 10 años por la sonda Rosetta. Hay un kilómetro cuadrado de hielo en el centro del cometa 67P. Los sensores de la senda Rosetta detectaron distintos niveles de agua a medida que 67P gira sobre sí mismo. El sol evapora el agua y la mayor parte del vapor se pierde en el espacio, lo que lleva a postular que el nuevo hielo que se forma del agua que proviene del interior del cometa.
Este hallazgo revoluciona a la comunidad científica dado que contradice las actuales teorías de cómo se formó el Universo. Por otra parte los medios no han hecho de este descubrimiento una importante noticia dado que la sonda en cuestión no pertenece a la Nasa sino a la Agencia Espacial Europea (ESA).
Una muestra más de la manipulación de las noticias sobre la vida fuera de nuestro planeta.