Apariciones fantasmagóricas y espíritus demoniacos son lo mas común que se presenta en los cementerios de Chicago. Dos cementerios embrujados de esa ciudad norteamericana son famosos por las leyendas de terror de espiritus oscuros que vagan por las noches.
El cementerio Resurrección es conocido mundialmente por el presunto espíritu de Resurrection Mary. Su alma errante dicen que ronda en el cementerio embrujado y la avenida Archer donde murió atropellada. La foto de este post muestra el inexplicable estado de los barrotes de la puerta de entrada del cementerio, que se encuentran dobladas de manera inexplicable como si alguien desde adentro las retorciera.
La historia más conocida de Resurrection Mary es la de enero de 1979, cuando un taxista perdido pasaba por un salón de fiestas en el 8900 de la avenida Archer y vio a la joven, sola, a la 1.30 de la mañana. El taxista se ofreció llevarla a su casa sin cobrarle a cambio que ella le diera cierta información sobre lugares a dónde ir. La joven se subió al asiento trasero y le dijo que tomara la avenida Archer. Después de varios minutos dijo: Este es el lugar, desapareciendo justo cuando pasaban por el cementerio Resurrection.
En 1976, la policía de Justice, Illinois, descubrió que dos barrotes de la puerta estaban doblados. Se dice que alguien trató de abrirlos, dañando la pintura y marcando sus manos en ellos como si fueran de plastilina. Un humano dicen no podía haberlo hecho, todos aseguran que sería el fantasma de Resurrection de Mary. Esto es lo que muchos creen.
Otro cementerio embrujado con historias de fantasmas es el Mount Carmel, en el suburbio de Hillside, Illinois. A unos cuantos pasos de la entrada del cementerio embrujado por la calle Harrison está la estatua de Julia Buccóla Peta, conocida como la novia italiana. Julia Peta murió en 1921 en Schaumburg, aparentemente por complicaciones al dar a luz, ella y su recién nacido fueron sepultados juntos. Poco después de su entierro, su madre empezó a tener pesadillas, en los que su hija le suplicaba fuera exhumado su cadáver. Las pesadillas continuaron y después de 6 años, en 1927, el permiso fue otorgado. Cuando abrieron el ataud de ella, su cuerpo estaba ileso como si nunca hubiera transcurrido el tiempo. Despues de que un sacerdote exorcisara su cuerpo, se lo quemó para evitar posesiones de fantasmas y espíritus satánicos.