LONDRES 1969: La Sociedad Británica de Psíquicos y ocultistas realizó una investigación en relación con una aparición de una figura negra y alta que merodeaba entre las tumbas del cementerio de Highgate. La mayoría de estos informes eran de personas que afirmaron haber sido confrontados por esta aparición que los petrificaba dentro y cerca del cementerio.
Un hombre, contador público y no creyente en fantasmas, afirmó haber tenido un encuentro con este fenómeno, y pidió que su nombre sea retenido para evitar ser sometido al ridículo. De acuerdo con esta persona (denominado aquí como ‘Thornton’), fue hipnotizado por algo en el cementerio después de que había ido allí a altas horas de la tarde. Vio un espectro oscuro de altura flotando justo por encima del suelo. Se encontró paralizado, incapaz de moverse, siendo drenado de energía por alguna poderosa fuerza hipnótica que en cuestión de segundos lo dejó inconsciente, y rato después recién recuperó sus facultades normales.
Una señora de edad afirmaba que había sido asustada por un hombre alto y moreno que flotó hacia ella desde el interior de las puertas del cementerio mientras ella paseaba a su perro por la noche, pero cuando se acercó a las puertas del cementerio, su mascota comenzó a aullar y trató de escaparse. Ella levantó la vista y vio una figura con ojos brillantes. En cuestión de segundos, se desvaneció rápidamente.
La Sociedad británica de psíquicos visitó el cementerio de día y constató Bóvedas abiertas y ataúdes destrozados. Una bóveda cerca de la puerta superior estaba abierta y se podía ver los restos de un esqueleto que había sido arrancado de un ataúd.
Una cosa extraña que se descubrió era un zorro recién muerto tendido en medio de una vía principal. Esto fue desconcertante porque no había signos externos de su muerte.
Para entonces decidieron hacer una incursión un 21 de diciembre – la víspera del solsticio de invierno y un tiempo tradicional debido al máximo de horas de oscuridad, cuando las fuerzas psíquicas no materiales tienen fácil acceso al plano terrenal.
Alrededor de las 11 pm de la noche fueron al cementerio. Fue una noche muy fría y estaba desiertos. Caminando por la calle estrecha que corría junto al cementerio, hubo una súbita conciencia de algunas presencias. Esto fue difícil de definir, excepto en la medida en que había una clara impresión de ya no estar solo allí.
Mirando a través de los barrotes oxidados de la puerta escrutando la oscuridad a la derecha del camino, algunos animales estaban correteando entre la maleza. Entonces, de repente, algo les llamó la atención, justo en el interior no más de 5 yardas de la puerta y claramente visible, había una forma, una masa oscura y alta.
Fue allí cuando vio dos ojos rojizos que salían de una masa negra. Pero estos ojos no eran humanos aunque la forma era vagamente humana. Al rato se esfumó…
Cuando la debida investigación se inició en enero de 1970, emprendieron la tarea de verificar la historia del cementerio. Algunas cosas interesantes salieron a la luz. En primer lugar, se hizo evidente que las historias de una aparición en el cementerio de Highgate databan de la época victoriana y, curiosamente, muchos de ellas tenían connotaciones vampiristicas.
Tal vez la razón de esto fue que el propio Bram Stoker posiblemente había sido influenciado por la existencia de “algo” en el cementerio de Highgate. Cuando escribió Drácula, hace referencia directa al cementerio de Highgate como el último lugar de descanso de uno de los discípulos del Conde Drácula.
Aunque Stoker también puede haber sido influenciado por el caso misterioso de Elizabeth Siddal que murió en 1855 y que fue enterrada en el cementerio de Highgate. En 1862, su cuerpo fue exhumado y un testigo presente, Charles Augustus Howell, describió el espectáculo impresionante del cuerpo incorrupto con exuberante pelo rojo dorado que llenaba el ataúd,- implicando con esto que Elizabeth era No-Muerta.
La investigación también descubrió otro hecho de gran importancia, que es lo único posiblemente proporciona la clave de la actual ola de apariciones. Exploración y fotografías posteriores tomadas en el cementerio, confirmaron sin lugar a dudas que grupos satánicos habían realizados rituales allí.
Una tumba particular, escondida en lo profundo del cementerio se había convertido en un pequeño templo, y a juzgar por el pentagrama invertido y símbolos mágicos inscriptos en la suelo y las paredes, era de uso frecuente.
De hecho, de acuerdo con la creencia satánica, una entidad sólo podía ser convocada para realizar alguna misión, y no podía retornar hasta que la misión se cumpliera.
Con el transcurso de los meses las cosas se complicaron, una mujer fue sacada de su ataúd y dejada en un camino interior, aparecieron más zorros muertos, pero esta vez con heridas de mordidas. La televisión intentó por todos los medios entrar a filmar de noche, la negativa del director del cementerio nos impidió realizar todo tipos de rituales, masas de personas ingresaron por la noche incentivadas a clavar una estaca en el corazón de un supuesto no-muerto. Intervino la policía para impedir mayores desmanes, David Farrant integrante de la Sociedad de psíquicos británicos fue arrestado y juzgado por haberse hallado en el interior del cementerio durante una noche con una estaca de madera.
Lo cierto, que por un tiempo el vampiro volvió al suelo debido a las reiteradas invasiones de la población, y David Farrant continuó con sus escapadas nocturnas al cementerio a realizar rituales, se dice que logró hacer aparecer al vampiro en un ritual, y terminó escribiendo su libro: “Beyond the Highgate Vampire” que lleva cuatro ediciones y de donde se recopiló esta información del famoso caso.