Sawney Bean y su monstruosa familia

Sawney Bean o Beane, una leyenda del terror más escalofriante, vivió -de acuerdo a diferentes versiones- en el 1400 o el 1600. Su paso a la leyenda genera mucha confusión, porque en el 1800 hubo quienes siguieron sus mismos pasos.
El lugar: Escocia, Alexander “Sawney” Bean vivió en una caverna en los acantilados entre Girvan and Ballantrae, junto a su esposa Agnes Douglas fundó una familia que aterrorizó durante 25 años en los caminos de los bosques. Practicaban el canibalismo y salían a los senderos que cruzaban el bosque a buscar a sus víctimas a las cuales robaban, mataban y terminaban comiéndose.
En ese ámbito tuvieron hijos y la familia practicó la endogamia con lo cual llegaron a formar un grupo de 45 miembros que mantenían relaciones entre ellos y procreaban monstruos, habituados a la carne humana sembrando el terror en Escocia.
Los historiadores jamás se pusieron de acuerdo sobre el número de víctimas de la Familia Bean, algunos hablan de 400 y otros hablan de 1000 víctimas. A menudo arrojaban al mar las partes sobrantes de sus festines, las cuales aparecían luego en otras playas alertando a la población sobre las muertes. Algunos inocentes fueron a la horca injustamente porque se trataba de aplacar la furia de los pobladores.
Pero la historia tendría su fin un día en que tras asaltar a una pareja y dar muerte a una mujer, su esposo peleó y resistió enfurecido la embestida del salvaje grupo mientras mujeres bebían la sangre de su esposa y se la comían en el mismo lugar donde la mataron. Quiso el destino que un grupo numeroso que provenía de una feria pasara accidentalmente por el lugar y ante la horrorosa escena tomaron partido y enfrentaron a la demoníaca familia que desapareció en las entrañas del bosque.
Tras ese evento el Rey mandó 400 soldados con sabuesos a buscar al clan macabro en los bosques sin mayores resultados, hasta que al bajar la marea advirtieron que había una cueva en las rocas…

Los soldados hicieron descubrimientos impactantes al ingresar a la cueva, como describe por C.E. Maine en su libro. “A lo largo de las paredes colgaban húmedas extremidades humanas y recortes de cuerpos, hombres y mujeres en la cueva, colgados en filas como en una carnicería mantenidos por el frío de la cavidad … Y en una caverna contigua hallaron un montón de huesos recogidos durante veinticinco años.”
Pero si el clan Bean realizó prácticas horrorosas, también fueron horrorosos los castigos que se les impusieron. Sawney Bean y sus hijos varones fueron mutilados, sus piernas y brazos cortados, así como sus genitales, y dejados morir desangrados ante los ojos de sus mujeres, las que luego fueron quemadas vivas.
Tan horrorosa fue la saga de esta familia escocesa que por mucho tiempo la palabra Sawney fue usada por los ingleses para designar loco, salvaje o escocés.
Sin embargo Sawney entró en la leyenda, y aún hoy, el terror sembrado se percibe en los bosques, donde para los pobladores, esos lugares tienen ojos que observan, son los ojos de Sawney Bean.

Cueva de Sawney Bean

Restos de las víctimas

Restos de las víctimas

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