Vamos a contar hoy la vida del asesino serial más joven de la historia. Tenía apenas 10 años y sacudió a la Argentina durante los años 1904 hasta 1912. Cayetano Santos Godino conocido como el “petiso orejudo” fue responsable de la muerte de cuatro niños, siete intentos de asesinato y el incendio de siete edificios. Su carrera delictiva comenzó a los 7 años.
Nació en Buenos Aires el 31 de octubre de 1896, hijo de inmigrantes italianos, padres que lo entregaron a la policía en varias oportunidades, la segunda de las cuales fue a parar a la Cárcel de Marcos Paz, donde al cabo de 3 años vuelve a salir a las calles con más crueldad que antes.
Se comenta que su pasatiempo era provocar incendios, según decía él: “Me gusta ver trabajar a los bomberos. Es lindo ver cómo caen en el fuego.”
Finalmente cuando es detenido y confiesa algunos asesinatos e incendios se lo declara demente y se lo confina en un manicomio. Allí ataca a dos pacientes, uno inválido en una cama y el otro en silla de ruedas. Después intentó huir. Tras lo cual finalmente fue llevado a La Penitenciaría de Las Heras, y finalmente más tarde a la Cárcel del Fin del Mundo, en Usuahia.
En 1933, hizo estallar la furia de todos los presos porque mató al gato mascota del penal arrojándolo junto con los leños al fuego; le pegaron tanto que tardó más de veinte días en salir del hospital.
En noviembre de 1944 muere en situación confusa, posiblemente de heridas internas por los maltratos.
Murió sin confesar ningún tipo de remordimientos.